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jueves, 21 de mayo de 2015

Trastorno de Evitación Experiencial en forma de cuento






Leyendo el blog Mentis et cor de mi amiga Rosa Rocha y Vanesa Suárez, me encontrado con una entrada llamada "Depredador interno" donde aparece un maravilloso cuento escrito por la madre de Rosa, Rosi Rodriguez Perales, una escritora de Jimena de la Frontera, que con su cuento "La última escultura del muchacho" refleja en mi opinión aquello que en ACT se denomina Trastorno de Evitación Experiencial (TEE).


LA ÚLTIMA ESCULTURA DEL MUCHACHO 
El Muchacho subió por el sendero de tierra cobriza que le llevaba a su estudio situado en lo alto de la pequeña colina.Desde allí la vista era espectacular, desde el gran ventanal podía observar el hermoso lago que, según el día, mostraba un color distinto.Cogió entre sus manos la última escultura que estaba realizando. Era el busto de una mujer. Una mujer muy hermosa, con facciones casi perfectas: su pelo recogido en un moño, su nariz recta y alargada, sus pómulos realzados, sus labios turgentes disimulando una pícara sonrisa y su mirada…su mirada tan real que parecía que en cualquier momento iba a cobrar vida.Después de observarla durante unos minutos, se dispuso a darle los últimos retoques.Una cancioncilla muy pegadiza que había oído en la radio un rato antes, seguía sonando en su cabeza y le mantenía alegre y animado hasta que:
-¡Basta! ¡Basta ya! ¡Deja de perder el tiempo en estas tonterías! ¿No ves que eso es lo que haces, perder el tiempo?
¡Maldita sea! Aquella VOZ. Allí estaba de nuevo, no le dejaba en paz. Siempre le acompañaba, sobre todo dentro de su estudio. No paraba de repetirle que aquello que hacía no tenía sentido, que era absurdo, que nunca nadie lo vería ni llegaría a ningún sitio.El Muchacho intentaba sacarla de su cabeza, pero le era imposible. LA VOZ era superior.Sabía que no era un genio, que nunca sería un escultor insigne, que nunca conseguiría exponer sus esculturas, pero no necesitaba que aquella VOZ estuviese ahí, recordándoselo cada día, a cada momento.-¡Eres absurdo! ¿Acaso te crees un Miguel Ángel o un Rodin? ¡Qué equivocado que estás! ¡Si eso tan sólo es un “bulto” de barro! ¡Eres patético, mírate! Ahí estás, con tus manos sucias y haciéndote absurdas ilusiones. ¡Nunca vas a conseguir que alguien lo vea, que valore las cosas que haces, NUNCA!
-¡Para! ¡Para, por favor! ¡No puedo más!- el Muchacho cansado de escuchar a LA VOZ que habitaba en su mente, se fue agachando lentamente envuelto en un intenso dolor; sujetando con las dos manos su cabeza pues parecía que iba a estallarle de un momento a otro. Quedó hecho un ovillo en el suelo.
Y lloró. Lloró desconsoladamente.
Lo peor de todo es que tenía que reconocer que LA VOZ estaba en lo cierto. Por eso había decidido que aquella sería la ÚLTIMA, que ya no habría más, que ya…”no perdería más el tiempo”.
No sabría decir cuánto tiempo permaneció en aquella postura ni cuántas lágrimas fue capaz de derramar, pero de pronto se incorporó, cogió con sumo cuidado el busto al fin acabado y lo colocó al lado de las demás esculturas.
Allí, en la estantería que había justo debajo del ventanal. La giró para que quedara mirando hacia el lago y, por un momento, quedó maravillado con la escena.
Recorrió su mirada húmeda por la estancia, dedicó unos segundos a observar el lago que ese día brillaba con mayor intensidad e irradiaba un tono turquesa visto solo en los libros de fantasía y seguidamente salió del estudio.
Con las manos en los bolsillos y la cabeza baja, descendió por el sendero que zigzagueaba por la falda de la pequeña colina.
El Muchacho no volvió la vista atrás ni una sola vez. De haberlo hecho, habría visto cómo en su última escultura se percibían rasgos de una tristeza que él, sin duda, había evitado plasmar.
Rosi Rodríguez Perales. Jimena a 13 de febrero de 2015.

Todos alguna vez hemos sido este muchacho en una o muchas facetas de nuestra vida, lo importante es preguntarnos a nosotros mismos. ¿Queremos "hacer llorar a nuestros sueños y a lo que es importante en nuestra vida? o ¿Queremos abrazar a LA VOZ, y hacer aquello que es valioso ?

Dar las gracias a Rosi, por este maravilloso relato, espero que sigas haciendo cuentos tan maravillosos como éste. 

Y Gracias a Rosa por permitirme compartirlo en PSYNAO. 

Vía Mentis et cor

1 comentario:

  1. Gracias a ti por compartirlo. Enhorabuena por vuestro blog, me enorgullece ver que lo inauguráis con esta entrada. Espero leer muchas más, mucha suerte en esta aventura virtual. Sois maravillosos, os quiero!

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